lunes, 18 de noviembre de 2024

19 aniversario del huracán Delta, una historia poco contada

 19 aniversario del huracán Delta, una historia poco contada

Estos días ha tenido lugar el 19º aniversario del huracán Delta en Tenerife. Durante la noche del domingo al lunes del 28 de noviembre del año 2005, un violento huracán denominado Delta asoló la isla de Tenerife con cuantiosos daños que se prolongaron los días 28 y 29.

Los vientos no fueron de 100 Km/h como se había anunciado sino que en el aeropuerto de Tenerife norte (según informe del Ministerio de Medio Ambiente) se registraron rachas de 147 Km/h y en determinados llanos se superaron ampliamente los 200 Km/h.

Como estaba establecido, durante la semana anterior se habían adoptado todas las medidas de PREVENCIÓN para hacer frente a una situación climatológicamente adversa con personal, medios técnicos y material de recambio pero la fuerza del huracán supero ampliamente el escenario.

La red eléctrica se vio gravemente afectada en todos los niveles de tensión i no tan solo sufrieron daños las instalaciones en superficie sino que incluso parte de la red subterránea se vio afectada por el desarrelamiento de árboles, marquesinas y otros elementos de mobiliario urbano que al verse arrancadas arrastraron con ellas otras infraestructuras soterradas entre ellas la red eléctrica incluso a un metro de profundidad.

Dada la situación geográfica de Canarias, en el territorio se disponía de medios para hacer frente a situaciones excepcionales en el suministro y la respuesta de Canarias en general en soporte a Tenerife fue inmediata.

Se disponía de un bagaje de procedimientos de respuesta puesto que habitualmente se realizaban SIMULACROS de respuesta a hechos fortuitos. Se activaron todos los medios disponibles en el archipiélago, tanto propio como de contratista. Se pusieron a disposición de Tenerife todos los stocks excepcionales disponibles.

Pero, dada la situación catastrófica en la que había quedado la isla después del ciclón, ENDESA activó de forma inmediata todos los medios peninsulares para hacer frente a las averías que había ocasionado la tormenta.

Se dio prioridad a las actuaciones para afrontar las averías en la red de AT y a continuación las de MT y BT.

En la videoconferencia nacional de seguimiento del mismo lunes de las 9:00, todos los mecanismos de actuación ya estaban activados. La RESPUESTA TEMPRANA empresarial desde todos los estamentos y en especial de los niveles más altos de la organización fue determinante en utilizar todos los medios para recuperar el máximo de suministros en el menor tiempo posible sin escatimar esfuerzos para normalizar la situación en Tenerife

Desde los primeros minutos a primera hora de la mañana del lunes se establecieron medidas extraordinarias para afrontar lo que podría ser el despliegue logístico más grande ante un acontecimiento como el que había tenido lugar.

En Barcelona, sede de la empresa de distribución eléctrica a nivel nacional en aquel momento, se estableció el centro de mando logístico junto con la dirección de aprovisionamientos para gestionar y proporcionar el volumen de recursos necesarios mientras que en Canarias se establecía el Centro de Mando operativo así como los centros de mando avanzados que hubo que establecer.

Se marco un objetivo difícil pero ambicioso fruto de la experiencia en otros siniestros i de los resultados de los simulacros, a pesar de que la insularidad lo fijaba como un objetivo ambicioso “recuperar el 99% de los suministros eléctricos afectados en un plazo inferior a les 72 horas”. (spoiler. Fueron 90 horas)

Además de los medios disponibles en Tenerife, desde las islas cercanas se reaccionó de manera inmediata a través de transporte marítimo con soporte técnico y material pero era previsible que se requerirían más medios que solo podían provenir de la península a una distancia de 3000 Km.

En una primera estimación el volumen del material estimado superaba ampliamente las 200 Tm. A diferencia de otras infraestructuras como telefonía y comunicaciones que era de dos ordenes de magnitud inferior, en el caso de las infraestructuras eléctricas el peso y la distancia eran condicionantes importantes.

En menos de 24 horas se llevó a cabo la concentración de material de repuesto en una campa improvisada en el aeropuerto de Sevilla donde confluyeron camiones procedentes de almacenes propios, contratistas o proveedores que incluía torres eléctricas de alta tensión, más de 500 apoyos de media tensión o mixtos con sus correspondientes herrajes, bobinas con quilómetros de cable aéreo y subterráneo, transformadores elevadores de tensión así como algunos grupos electrógenos con la incógnita de cómo hacer llegar todo este material consistente en 200 Tm a Tenerife.

Para esta operación se utilizaron más de 40 camiones así como grúas y personal especializado sin tener aun claro como se podría hacer llegar todo este material a Tenerife ya que la hipótesis de hacerlo llegar por mar requería unos tiempos de traslado insoportables. A pesar de ello en el puerto de Málaga ya se contaba con barcos dispuestos a efectuar el traslado si no había otra opción.

A lo largo de la mañana del mismo lunes un avión chárter despegaba de Sevilla con destino a Tenerife con más de un centenar de técnicos y operarios vestidos y equipados para entrar en servicio con sus correspondientes equipos de protección individual, pértigas de detección de tensión, herrajes, escaleras plegables y herramientas.

El mismo lunes otro avión en este caso desde Zaragoza partía con el mismo destino con 40 técnicos y operarios igualmente equipados.

Desde Barcelona, Madrid y Sevilla despegaron 3 aviones CASA con 1Tm de carga de material cada uno así como un avión de IBERIA CARGO con 10 Tm de material que despegó desde Barcelona.

Dado el volumen de material a transportar se pudieron movilizar 2 aviones Antonov procedentes de distintos puntos de Europa con una capacidad de carga de 100 Tm cada uno que se desplazaron a Sevilla donde aterrizaron para trasportar el material almacenado en la carpa con el objetivo de trasladarlo a Tenerife. El momento que desde control aéreo nos comunicaron al la presencia en el espacio aéreo de dos aviones Antonov con destino España fue un momento de especial emoción, el milagro podía hacerse realidad.

Cuando el último Antonov despegó de Sevilla y la carpa quedó vacía, la emoción y el llanto fruto del esfuerzo realizado por todo el personal estallo en abrazos de despedida. Allí el trabajo había concluido y la tarea recaía en el personal en Tenerife que recibía los repuestos ampliamente esperados.

El volumen del material movilizado daba idea de la dimensión de las perdidas y  en el lugar del incidente se movilizaron todos los medios disponibles así como otros camiones, grúas, helicópteros y todo el personal y logística como transporte, alquiler de vehículos, avituallamiento y hospedaje para dar respuesta a las necesidades creadas con especial atención a las medidas de seguridad, recursos preventivos y servicios de prevención donde la actividad tenia una dimensión frenética en una lucha contra reloj.

A las circunstancias del terreno se añadían la inexistencia de comunicaciones telefónicas fiables durante todo el período, les dificultades para retirar objetos de la red eléctrica así como las dificultades de movilidad por el estado de los accesos.

La actitud y dedicación del personal tanto propio (Distribución, Aprovisionamiento, etc.) como de contrata y proveedores, el soporte y la profesionalidad del personal de Protección Civil tanto en Canarias como en la Península, el soporte y actitud de colaboración del personal IB-CARGO, aeropuertos, así como la respuesta general que se produce en estas circunstancies como hemos podido ver últimamente con el fenómeno DANA en la comunidad Valenciana, fueron factores que contribuyeron sin duda a obtener un objetivo que a mediodía del lunes aún parecía una quimera.

Seguramente la inconsciencia propia junto con la determinación, el empeño y el deseo de solidaridad y empatía con la gente de Tenerife fueron los factores determinantes del éxito, puesto que en este caso el sentido común hubiese sido un factor ralentizador.

Las horas transcurrieron a gran velocidad pero en aquella ocasión, la decisión empresarial y el compromiso de las personas para su cumplimiento, normalizar la situación en el menor tiempo posible a cualquier coste ya fuera con reposiciones provisionales mediante la habilitación de cables subterráneos tendidos en superficie, arriostramiento y reconversión de apoyos con ingeniería imaginativa, la utilización de helicópteros para el izado de apoyos y tendido de líneas junto a otras fueron medidas que contribuyeron a dar servicio a la población aunque la normalización total de la red exigió fuertes inversiones y más de 2 años de trabajo, proyectos, autorizaciones y esfuerzo.

El objetivo del 99% de los suministros se alcanzo al cabo de 90 horas de iniciado el fenómeno meteorológico que facilmente se hubiese podido prolongar durante semanas ya que entre otras cosas hubo que retirar de las instalaciones no tan solo árboles y ramas sino todo tipo de objetos que habían impactado como plásticos, lonas, tejadillos y todo tipo de objetos.

Durante las jornadas se sucedieron muchas anécdotas, algunas propias del mismo Berlanga como el camión procedente de Valladolid con destino a Sevilla al que se le perdió la pista durante un par de horas porqué aprovechó para visitar a su cuñada porque le pillaba de paso o el ingeniero de la casa que se detuvo en una zona de la autopista para observar la maniobra de aproximación de uno de los Antonov al aeropuerto de Sevilla entre otras.

Hoy me complace recordar-lo en agradecimiento a todos aquellas personas que desde la península y muy especialmente a las que lo hicieron sobre el terreno lo hicieron posible.